martes, 12 de julio de 2016

ACERCA DE LA ENFERMEDAD DEL VIRUS DEL EBOLA

La enfermedad del Ébola, conocida anteriormente como fiebre hemorrágica del Ébola, es una enfermedad poco común y mortal causada por la infección por una de las especies del virus del Ébola. La enfermedad del Ébola puede causar enfermedades en seres humanos y primates no humanos (monos, gorilas y chimpancés).

La enfermedad del Ébola es causada por la infección por un virus de la familia Filoviridae, género Ebolavirus. Se han identificado cinco subespecies del virus del Ébola, cuatro de las cinco han causado enfermedades en seres humanos: el virus del Ébola (Ébola-Zaire); el virus de Sudán (Ébola-Sudán); el virus del Bosque Tai (Ébola-Taï Forest, llamado anteriormente Ébola-Costa de Marfil); y el virus de Bundibugyo (Ébola-Bundibugyo). La quinta, el virus de Reston (Ébola-Reston), ha producido la enfermedad en primates no humanos, pero no en los seres humanos.

Los virus del Ébola se encuentran en varios países africanos. El primer virus del Ébola se descubrió en 1976 cerca del río Ébola, en lo que hoy es la República Democrática del Congo. Desde entonces, se han presentado brotes esporádicamente en África.

Aún se desconoce el hospedador reservorio natural de los virus del Ébola. Sin embargo, con base en la evidencia disponible y la naturaleza de otros virus similares, los investigadores creen que se trata de un virus zoonótico (transmitido por los animales) y que el reservorio más probable son los murciélagos. Cuatro de las cinco cepas se presentan en un animal hospedador nativo de África.

Las personas contraen la enfermedad del Ébola a través del contacto directo (por la piel lacerada o las membranas mucosas, por ejemplo, los ojos, la nariz o la boca) con lo siguiente:

  • sangre o líquidos corporales (incluidos, entre otros, la orina, la saliva, el sudor, las heces, el vómito, la leche materna y el semen) de una persona que tiene la enfermedad del Ébola o que murió a causa de esta
  • objetos (como agujas y jeringuillas) contaminados con líquidos corporales de una persona que tiene la enfermedad del Ébola o que han estado en contacto con el cuerpo de una persona que murió a causa de esta enfermedad
  • murciélagos frugívoros o primates (simios y monos) infectados
  • posible contacto con el semen de un hombre que se recuperó de la enfermedad del Ébola (por ejemplo, al tener relaciones sexuales orales, vaginales o anales).

UNA DE LAS EPIDEMIAS JAMAS REGISTRADAS

El vicedirector general de la Organización Mundial de la Salud, Keiji Fukuda, ha afirmado que la epidemia de fiebre hemorrágica del ébola en Guinea es "una de las más graves jamás registradas".

Los últimos datos indican 157 casos sospechosos en el país, que incluyen 101 muertes. De ellas, 67 son casos confirmados de ébola.

En Liberia se han registrado 21 casos sospechosos y 10 muertes, 5 de ellas confirmado que también por el virus.
"Esta parte de África occidental no había conocido el ébola, lo que dificulta el control".








Referencias bibliográficas:

  • http://espanol.cdc.gov/enes/vhf/ebola/about.html
  • http://www.mundonegro.com/mnd/09-04-2014/epidemias-mas-graves-jamas-registradas

RAMAS RELACIONADAS CON LA EPIDEMIOLOGIA

  • Epidemiología descriptiva: es la rama de la epidemiología que describe el epidemiológico en tiempo, lugar y persona, cuantificando la frecuencia y distribución del fenómeno mediante medidas de incidenciaprevalenciamortalidad, con la posterior formulación de hipótesis.

  • Epidemiología analítica: busca, mediante la observación o la experimentación, establecer posibles relaciones causales entre factores a los que se exponen personas y poblaciones y las enfermedades que presentan. Las medidas empleadas en el estudio de esta rama de la epidemiología son los factores de riesgo, cuyo resultado es una probabilidad. Es posible distinguir dos tipos: riesgo absoluto y riesgo relativo.

   
  • Riesgo absoluto: probabilidad de una enfermedad (baja, moderada, alta); si se considera la probabilidad de la enfermedad durante un periodo de tiempo, de lo que se está hablando es de una incidencia y no de un riesgo absoluto.
  • Riesgo relativo: cuando se comparan dos riesgos absolutos entre sí; se trata de una probabilidad relativa (más alta o más baja que el otro); se ha de tener en cuenta que un riesgo relativo, por muy alto que sea, puede ser irrelevante; por ejemplo, fumar aumenta 100 veces el riesgo de sufrir una enfermedad, el riesgo sin fumar es de 1/100000000, por lo que el incremento por fumar es muy pequeño, prácticamente despreciable.

  • Epidemiología experimental: busca, mediante el control de las condiciones del grupo a estudiar, sacar conclusiones más complejas que con la mera observación no son deducibles. Se basa en el control de los sujetos a estudiar y en la aleatorización de la distribución de los individuos en dos grupos, un grupo experimental y un grupo control. Se ocupa de realizar estudios en animales de laboratorio y estudios experimentales con poblaciones humanas.

  • Ecoepidemiología: busca, mediante herramientas ecológicas, estudiar integralmente como interaccionan los factores ambientales con las personas y poblaciones en los medios que los rodean y como ello puede influir en la evolución de enfermedades que se producen como consecuencia de dicha interacción.

Referencias bibliograficas:
  • https://www.wikiwand.com/es/Epidemiolog%C3%ADa#/Ramas_relacionadas_con_la_epidemiolog.C3.ADa

EPIDEMIOLOGIA PARASITARIA


 Las parasitosis están ampliamente distribuidas en todo el mundo y constituyen uno de los grandes problemas de salud pública que afecta principalmente a los países en desarrollo. En América Latina tienen una prevalencia persistentemente elevada e inalterada a través del tiempo, ya que existe una endemicidad estable en las parasitosis que es el resultado de un proceso dinámico de reinfecciones repetidas. La frecuencia de estas reinfecciones repetidas en la población dependerá de la presión de infección y de la susceptibilidad del hospedero.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), la considera una de las principales causas de morbilidad, estrechamente ligada a la pobreza y relacionada con inadecuada higiene personal y de los alimentos crudos, falta de servicios sanitarios, falta de provisión de agua potable y contaminación fecal del ambiente. Infecta a personas de todas las edades, pero la sufren principalmente los niños, a quienes les causa trastornos en el crecimiento y desarrollo. Según publicaciones de la OMS, más de la quinta parte de la población mundial está infectada por uno o varios parásitos intestinales y en muchos países de América Central y Sudamérica el promedio de infecciones parasitarias es del 45%. Se estima en 1000 millones las personas infectadas por Ascaris lumbricoides, 500 millones con Trichuris trichiura, 480 millones con Entamoeba histolytica y 200 millones con Giardia lamblia .

La endemicidad de las parasitosis intestinales es el resultado de un proceso dinámico, basado en infecciones repetidas donde intervienen múltiples factores que se relacionan entre sí, como variables ecológicas, inmunológicas, genéticas, fisiológicas y nutricionales enmarcadas en condiciones socioeconómicas y culturales que favorecen la presencia de dichas enfermedades.

Los primeros factores son responsables del desarrollo e invasión parasitaria, mientras que los factores socioeconómicos y culturales son los responsables de que el medio ambiente se contamine con las diferentes formas evolutivas parasitarias, restableciéndose así el ciclo de la invasión parasitaria.

A pesar de los asombrosos progresos de la ciencia, en la era cibernética y la alta tecnología, el gran avance de la biología molecular y los grandes adelantos de la Medicina, las parasitosis, la mayoría de ellas curables, prevenibles y controlables, siguen siendo una amenaza constante y permanente en la salud de la población mundial.

En las grandes ciudades existe un deterioro gradual de las condiciones de vida, con el establecimiento de "villas miseria", caracterizadas por viviendas insalubres sin agua potable, desprovistas de red cloacal y otros sistemas básicos.

La falta de higiene personal y familiar, la ignorancia con respecto a los hábitos y actitudes perniciosas para la salud, favorecen las condiciones ecológicas para la prevalencia de infecciones producidas por agentes biológicos, especialmente por los parásitos. Pobreza, vivienda insalubre, ignorancia, carencia de atención médica, mala nutrición, hábitos perjudiciales, constituyen los factores antropológicos, sociales y humanos esenciales para las endemias parasitarias, las que a su vez repercuten en la calidad de vida de las poblaciones.

Los que dedican sus esfuerzos a esta ciencia deben empeñarse en ampliar su esfera de influencia, teniendo en cuenta la gran necesidad de transferencia de conocimientos y recursos a los países en desarrollo, asesoramiento y apoyo a las medidas de control de las parasitosis en los Sistemas de Atención Primaria de la Salud y actividades docentes en todos los niveles de la enseñanza y de la comunidad.

Con estas medidas y los avances científicos de la Parasitología actual, se podrá establecer una lucha contra los parásitos que matan, mutilan, enferman y degradan la calidad de vida de millones de seres humanos, a fin de que las “enfermedades olvidadas de gente olvidada” se conviertan en “problemas olvidados de gente sana”.

Factores epidemiológicos 

La complejidad de los factores epidemiológicos que condicionan las parasitosis y la dificultad para controlarlos, determinan que las infecciones parasitarias estén tan ampliamente difundidas y que su prevalencia  sea en la actualidad similar, en muchas regiones del mundo, a la que existía hace cincuenta años. Los factores que las condicionan son:
 1- Contaminación fecal: la contaminación fecal del suelo y el agua es el factor más importante en la diseminación de las parasitosis intestinales.  

Suelo: Los elementos parasitarios pueden llegar al suelo de diversas formas:
 - Defecación directa, o a través de letrinas peridomiciliarias.
 - Utilización de residuos no tratados para el relleno de terrenos.
 - Descarga de camiones con residuos patológicos.
 - Utilización de heces como abono de vegetales.
 - Uso de aguas servidas para riego.
 - Disposición en terrenos de barros provenientes de plantas de tratamiento de afluentes cloacales, de piletas de decantación y de filtros de plantas potabilizadoras.
 - Defecación de animales.
 - Utilización de turba de río como fertilizante.

La infectividad del suelo depende del número de elementos parasitarios depositados en determinadas áreas y que consiguen desarrollarse para ser infectantes, y del tiempo de sobrevida de las formas infectantes en el ambiente.

El número de elementos diseminados está en estrecha relación con la densidad poblacional en un área determinada, de las condiciones de higiene y saneamiento, carga parasitaria y del contacto favorable entre suelo y parásito.

El desarrollo de formas infectantes y la supervivencia dependerán de factores físicos, químicos y biológicos como temperatura, humedad, porosidad, textura y consistencia del suelo, exposición a la luz solar, lluvias y vientos, etc.

El suelo, para las geohelmintiasis, permite el desarrollo de las formas infectantes, como sucede con Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura, Ancylostoma duodenale, Necator americanus y Strongyloides stercoralis.

El hombre elimina con las heces las formas no infectantes como huevos o larvas que deberán pasar por distintos procesos madurativos que suceden en el suelo para transformarse en infectantes.

En otras ocasiones el suelo sirve de vehículo como ocurre con Enterobius vermicularis, Taenia sp. , Hymenolepis nana , los quistes de protozoos como Giardia lamblia, Entamoeba histolytica , coccídeos como Cryptosporidium sp . y amebas de vida libre.

Las formas parasitarias eliminadas por los animales también infectarán al hombre como Toxo cara sp., Echinococcus sp, Toxoplasma sp y aquellas que son comunes tanto al hombre como a los animales, actuando éstos como reservorios naturales.

Agua: La importancia del agua en la diseminación de las parasitosis es ser un vehículo de transmisión y permitir la supervivencia de las formas infectantes. El agua se contamina de diversas maneras:

 - Por medio de las heces humanas y de animales.
 - Por destrucción de redes cloacales.
 - Por contacto de pozos ciegos con napas de agua subterráneas utilizada para consumo.
 - Por arrastre de elementos parasitarios de los suelos contaminados a través de las lluvias y de las inundaciones.

Los huevos y larvas de geohelmintos sufren en el agua un retardo de su proceso evolutivo, principalmente por la baja tensión de oxígeno, pero se preservan para condiciones más favorables.

El agua cumple un importante papel como diseminador de las formas infectantes, como sucede con los quistes de Giardia lamblia, Entamoeba histolytica, Cryptosporidium, Isospora, trofozoitos ( Acanthamoeba sp ) y quistes ( Naegleria sp) de amebas de vida libre responsables de la meningoencefalitis amebiana y formas infectantes de E. vermicularis, T. saginata, T. solium, Echinococcus , etc.Otros parásitos necesitan del agua para completar su ciclo biológico, como Diphyllobotrium latum, Fasciola hepática, Schistosoma sp.

El factor restrictivo natural más importante en la diseminación hídrica es la sedimentación, que está dada por el peso específico de las distintas formas infectantes. Los elementos de menor peso (quistes y ooquistes) permanecen mayor tiempo en suspensión permitiendo una fácil diseminación.

Los elementos parasitarios que están en el agua ingresarán a nuevos hospederos para continuar su ciclo de vida a través de la ingesta de vegetales crudos regados con agua contaminada, por inhalación, ingestión o salpicaduras de aguas contaminadas de ríos, lagos, lagunas y piletas de natación y a través del agua para beber. El agua para beber es la forma más común de infección, debido a la carencia de agua potable en muchas regiones y a veces los tratamientos de potabilización son insuficientes. Los enteroparásitos inicialmente involucrados en brotes de enfermedades transmisibles por el agua fueron Giardia lamblia y Entamoeba histolytica, Recientemente se han reconocido géneros como Cryptosporidium, Isospora, Blastocystis, Ciclospora y otras parasitosis emergentes.

Los datos de los brotes de enfermedades por transmisión hídrica provienen de los Estados Unidos y Europa, aunque las parasitosis están más extendidas en los países en desarrollo, pero en ellos se carece de este tipo de estudios. El Cryptosporidium sp. es el que más interés ha despertado debido al tipo de diarrea que produce, a que se encuentra en la mayoría de los vertebrados, inexistencia de medicación efectiva y a la alta resistencia a los métodos de purificación. Así lo demuestran los brotes endémicos de transmisión hídrica producido en los Estados Unidos con 13.000, 15.000 y 450.000 personas infectadas en Carrolton, Jackson County y Milvakee. Los criterios de calidad del agua, como los tratamientos de potabilización, están orientados a evitar enfermedades bacterianas. Los parásitos, si sobrepasan en las plantas de tratamiento las barreras de la filtración y de la sedimentación, las desinfecciones serán poco efectivas, porque las concentraciones de hipoclorito de sodio (lavandina) aceptadas para el agua de consumo son insuficientes para atacar las formas parasitarias.

2- Condiciones ambientales: la humedad, temperatura, lluvias, vegetación, latitud, altura, etc. de un área geográfica determinada pueden favorecer o no el desarrollo de los parásitos, la existencia de vectores biológicos (vinchucas, anófeles, flebótomo), vectores mecánicos  (moscas y cucarachas) o reservorios animales establecen la distribución de muchas parasitosis.

Las condiciones geográficas son dinámicas y están en relación directa con la actitud del hombre frente a la naturaleza: la construcción de canales, represas, lagos artificiales, la tala indiscriminada de árboles, el relleno de terrenos bajos, llevan a la diseminación o modifican la presencia de la mayoría de las parasitosis, sobre todo las que necesitan un vector o hospedero intermediario para completar su ciclo biológico: teniasis, paludismo, tripanosomiasis, leishmaniasis, etc.

3- Vida rural: la ausencia de letrinas en las zonas rurales es el factor predominante para la alta prevalencia de parasitosis intestinales en esas zonas. La costumbre de no usar zapatos y tener contacto con aguas, condicionan la presencia de uncinariasis y esquistosomiasis, ya que se transmiten a través de la piel. La exposición a picaduras de insectos favorece la infección por parásitos transmitidos por ellos como la malaria y mal de Chagas.

4- Deficiencias de higiene y educación: la mala higiene personal y la ausencia de conocimientos sobre transmisión y prevención de las enfermedades parasitarias, son factores que favorecen su presencia. Está establecido que en un mismo país, los grupos de población que presentan estas deficiencias tienen prevalencia más alta de parasitismo; estos grupos son los de nivel socio económico inferior, que a la vez habitan zonas con deficiente saneamiento ambiental.

5- Costumbres alimenticias: la ingestión de carnes crudas o mal cocidas permite la infección por tenias, Toxoplasma gondii y Trichinella spiralis. La ingestión de pescado, cangrejos, langostas, en condiciones de cocción deficiente, es el factor indispensable para que se adquiera cestoidiasis y otras parasitosis por trematodes.

 6- Migraciones: el movimiento de personas de zonas endémicas a regiones no endémicas ha permitido la diseminación de ciertas parasitosis. Esto ocurre con el incremento de viajeros internacionales, migración de campesinos a las ciudades y refugiados después de guerras o catástrofes.

Distribución geográfica 

Algunas enfermedades parasitarias son cosmopolitas, debido a que las condiciones de transmisión existen universalmente, como es el caso de la oxuriasis, parasitosis de transmisión oro-fecal, frecuente en los niños por deficiente aseo de las manos; la tricomoniasis vaginal, que se transmite sexualmente, y la toxoplasmosis transmitida por contaminación con heces de gato o consumo de carne mal cocida.

Otras parasitosis tienen distribución geográfica variable, debido a diversos factores como la presencia de vectores o huéspedes intermediarios exclusivos. Por ejemplo el paludismo ocurre en zonas geográficas donde existe las especies de mosquitos Anopheles, capaces de transmitirlo. El Mal de Chagas es una parasitosis endémica en América del Sur en donde habita el agente vector, Triatoma infestans , conocido como vinchuca. También influyen en la frecuencia de ciertos parásitos, las costumbres de los pueblos, como por ejemplo el hábito de comer carne cruda y el utilizar heces humanas como abonos.

Cabe destacar el hecho que no solo existe una cultura higiénica deficiente en comunidades rurales sino que también en las grandes ciudades existe una gran parte de la población que no tiene una educación para la salud lo suficientemente adecuada como para prevenir enfermedades.

Referencias bibliográficas:


  • https://microinmuno.files.wordpress.com/2012/07/epidemiologia-de-las-enfermedades-parasitarias.pdf
  • http://www.monografias.com/trabajos5/epidemio/epidemio.shtml




miércoles, 6 de julio de 2016

BIENVENIDOS A MI BLOG !!

Bienvenidos al blog del tema de epidemiologia de la carrera academico profesional de Microbiologia y Parasitologia de la Uiversidad Nacional de Trujillo.

aquí encontraras información complementaria a los temas que desarrollados en clase, por ejemplo


  • epidemias
  • microorganismos